Cerrito no dejó que Peñarol siguiera cerca de la cima de la tabla



De entrada, por la forma cómo manejó la pelota y, como consecuencia de eso, por la postura protagónica que tuvo hasta promediar la primera parte, se vio que Cerrito podía tener una estatura futbolística que podía complicar las aspiraciones de Peñarol de seguir "prendido" -a 2 puntos- de Nacional y Liverpool, que son los que están en la cima.

En ese lapso, por el dominio del rival, y también porque hubo pasajes en los que Pacheco no jugó de enganche, sino que lo hizo casi de punta, muy cerca de Martinuccio y Ramis, quizá para forzar el "1 contra 1" frente a la línea de 3 que puso el rival en la retaguardia, Peñarol -un tanto partido al medio- tuvo que salir en largo y de contraataque, mientras que Cerrito no capitalizó el par de ocasiones que fabricó, por arriba y por abajo, para la definición de Franco en el área contraria.

Después, como Pacheco se retrasó y bajó a buscarla, Peñarol manejó más la pelota y, pese a la imprecisión de Ramis, con algunas llegadas de Martinuccio y algún centro de esos que el "Tony" pone como con la mano, descubrió vetas para entrarle -por arriba y por abajo- al cuarteto (incluido el arquero Castro) del fondo contrincante.

Para el complemento, aunque Brian Rodríguez protagonizaría situaciones de peligro, como la del penal (?) a Pacheco, Peñarol perdió con la salida de Martinuccio, y obligó a Púa a jugar con Román, Mozzo y Ramírez en el medio, Pacheco y el "Pollo" de enganches, y dejar sólo arriba a Ramis. Como Franco empezó a aparecer más en la gestación de las llegadas, el trámite se hizo más de ida y vuelta, y así a una salvada de Sosa le siguió un aparente penal no cobrado a Olivera por agarrón de Facio, el gol en contra de Canosa, que era injusto porque ninguno era superior a su adversario, y el empate de Franco que, con gran jugada personal, avisó lo que ocurriría después: sería difícil de controlar para la zaga contraria.




De la misma forma, tras otra tapada de Sosa a los pies de Franco, y ya con Peñarol jugando con dos puntas por la entrada de B. Rodríguez por Ramírez, surgió el penal en la jugada en la que pareció que Pacheco fue fauleado afuera del área, y los aurinegros se pusieron de nuevo en ganancia. Sin embargo, la visión inicial no estaba equivocada: Balerio le dio agresividad ofensiva a su equipo con dos cambios y, en un desborde final de Foletti, Franco -entrando como tromba por el medio- anotó el segundo tanto y demostró, su contundencia y la gestión de su cuadro, que Cerrito tenía estatura futbolística como para impedir que Peñarol siguiera cerca de la cima de la tabla: fue casi una montaña.