Se las ingenió para apagar el incendio "Y... sí, siempre hay que hacer de bombero", dijo Púa hace tres meses




"Y... sí, siempre hay que hacer de bombero, ¿no? Vamos a ver si funciona la manguera".
Víctor Púa salió del Palacio Gastón Güelfi, el martes 12 de septiembre, portando el cartel de técnico interino porque Julio Ribas había sido cesado un día antes y acababa de caerse la posibilidad que Pablo Bengoechea asumiera la dirección del plantel. Y una victoria el fin de semana, pero más que nada una descompresión del ambiente en el entorno de Peñarol (llámese hinchada y dirigencia) hicieron que lo confirmaran en el cargo hasta el final del Apertura, en diciembre. Final que llegó el sábado, con goleada ante Atenas.

Fueron 12 partidos, de los que ganó la mitad. Quedó lejos del título, es cierto, pero bien podría decirse que Púa es un excelente técnico, no un mago. Los problemas se le sucedieron de manera caprichosa. Suspensiones, lesiones y continuas puestas a punto hicieron que contara con todo el plantel a disposición recién en la fecha 13, la del clásico, la de la "yeta". Abundancia de volantes y de apellidos de peso cambiaron la forma de Peñarol en la cancha esa tarde y también el rumbo de Púa en la institución.

A partir de ese momento fue un secreto a voces la vuelta del entrenador a su puesto original en el aurinegro: coordinador de las divisiones inferiores. Cargo que, semanas antes de su asunción como técnico del primer equipo, estuvo en discusión por una propuesta de rebaja salarial debido a la nueva política de austeridad implementada por la directiva del club. Pero el destino quiso que Peñarol perdiera pie en el campeonato en las primeras fechas y que se hiciera insoportable para el Consejo Directivo mantener a Ribas. Entonces, apareció el "bombero" Púa. Y en gran parte de estos tres meses, logró apagar el incendio. Tanto, que los mismos miles de hinchas que insultaron a coro en la segunda y tercera fecha del Apertura, terminaron cantando y alentando en las "peores", ante Nacional y Danubio.

Y no es poco. Las puertas le quedaron abiertas a Púa. Claro que quiere volver con un equipo "propio", como cualquier técnico.
Las cifras

61,1 PORCENTAJE de puntos que ganó Peñarol desde la asunción de Púa: 22 de 36 disputados.

12 PARTIDOS dirigió en el Apertura. Ganó seis, empató cuatro (los fue ganando) y perdió dos.

2 GOLES por partido hizo Peñarol con Púa: 24 en 12 juegos. Al único que no le convirtió fue a Nacional.

25 JUGADORES utilizó.

Sólo pudo mantener una oncena titular en tres partidos seguidos, que los ganó.
"El clásico fue el partido bisagra", como asumió Púa en Maldonado

"Se terminó la `changa`", dijo Víctor Púa en tono de broma entrando en el vestuario visitante del Campus de Maldonado. Peñarol había cerrado, minutos antes, su participación en el Apertura con una contundente goleada ante Atenas de San Carlos.

"Lo que hicimos fue un mandado que nos pidió la directiva en un momento difícil del club y considero que en general se hicieron bien las cosas", afirmó cuando se le pidió un balance muy primario de su estadía al frente del plantel principal aurinegro, que duró tres meses, 12 partidos.

Y a continuación, largó una frase clave para entender porqué vuelve a la coordinación de las divisiones inferiores, de donde lo sacaron en septiembre: "el clásico fue el partido bisagra". Más allá que el acuerdo con Púa era hasta este final del Apertura, en medio de su "interinato" más de un dirigente mostró intención que continuara siendo el técnico hasta el final de la temporada. Y todo marchó bien hasta el clásico de hace ocho días.

La goleada de Nacional caló hondo. Fue el punto más bajo de Peñarol desde la asunción de Púa. Fue el punto de inflexión en el "interinato" del técnico. Porque aún cuando en la previa dijera que el clásico no influiría en su continuidad, fue lo que terminó desencadenando su vuelta a las inferiores.

"Se ganaron varios puntos y se debieron ganar más. Algunos partidos estaban controlados, no se pudieron cerrar y nos empataron sobre la hora. Hicimos prácticamente dos goles por partido hasta el clásico, aunque se escaparon puntos que nos hubiesen permitido pelear el campeonato hasta el final",
analizó Púa, que ofició de técnico y "bombero" en Peñarol.