¡Qué changa para Hernández! Carrasco le dijo que Peñarol "es un cuadro maravilloso"




Ernesto Hernández es el arquero que quiere Diego Aguirre. Ayer acababa de dormir la que creía era su última siesta en el complejo que River Plate tiene en Colón. "Estoy feliz por lo que es Peñarol y todo lo que lleva consigo un club con tanta gloria. Feliz y orgulloso de que Diego (Aguirre) se haya fijado en mí. Nunca lo tuve como entrenador, pero lo enfrenté muchas veces con River cuando él preparaba a la selección Sub 20. Con él que sí estuve fue con su entrenador de arqueros, Enrique Carreras, en la selección de la `B`. La recomendación viene por ahí y le estoy eternamente agradecido a `Quique`. El sabe cómo soy como persona y como deportista. Soy 100% trabajo".

Fue justamente Carreras quien se comunicó con él para decirle del interés de Aguirre. Primero llamó a Omar Garate, el entrenador de arqueros de River, para interiorizarse de cómo se encontraba Hernández de una lesión que había sufrido en la mano; y luego, la semana pasada, habló directamente con el futbolista.

Hernández se crió en el barrio Atahualpa y dio sus primeros pasos en el club Sagrada Familia. De chico jugó de número nueve y de defensa, pero como no le gustaba mucho correr, un día el técnico lo paró en el arco y le dijo "vos quedáte ahí". Y él le hizo caso. En realidad, siempre le gustó atajar. Cuando jugaba con sus amigos en la calle iba al arco. "Ahora es al revés, cuando en vacaciones juego con mis amigos me pongo en la cancha", relató el arquero de 24 años.

Cuando Sagrada Familia se unió con Sud América pasó a defender a la "Iasafa" y luego hizo todas las divisiones juveniles en el equipo de los buzones. "Sud América es mi casa y de allí son la gran mayoría de mis amigos. Gente que siempre va a estar al lado mío".

Recién cuando pasó a River Plate en el 2006 pudo dejar de trabajar. Era guardia de seguridad en un supermercado; pero ese no fue su único trabajo: ya a los 12 años comenzó como ayudante de panadería para colaborar en su casa. "Tengo más changas que años", dice sin empacho.

Su pasaje por River le deja sensaciones encontradas. "Como el tema de la Copa, con Liga estábamos convencidos que pasábamos esa fase y aquella final con Peñarol que se nos escapó", se lamentó.

Trabajar con Carrasco fue toda una experiencia. "Me ayudó mucho a abrir la cabeza. Aunque el de arquero no es su puesto de 100 cosas que te dice en 99 le emboca y le erra solo en una. Es impresionante lo que él puede llegar a ver desde afuera. Por ejemplo, si un delantero te encara mano a mano te pide que no te tires a los pies. Te dice que lo acompañes porque si te tirás por más que no sea penal, dejás la duda. A mí me pasó y eso me costó la continuidad. Me pasó contra Defensor en un 3 a 2 en el Saroldi. Me cobraron penal sobre Sebastián Fernández aunque no lo toqué. El me lo había advertido y me pasó. Cada vez que me advierte algo, me sucede. Eso me ha jugado en contra con Juan. Pero tengo muchas palabras de agradecimiento para él. Ahora por ejemplo, me dijo que fuera a Peñarol, que aprovechara esta oportunidad. Que era un grande y un cuadro maravilloso para jugar".

"A Sosa no lo conozco sólo de enfrentarlo"

Pelear un puesto con Sosa no le quita el sueño a Hernández. Además, está acostumbrado porque en River alternó con Luciano Dos Santos. "No conozco a Sosa, más que de enfrentarlo, pero me han dicho que es una excelente persona y un muy buen profesional. Es bueno tener al lado a alguien que anda bien porque te exige. Uno lo que quiere es jugar, pero las decisiones las toman los entrenadores. Uno tiene que estar al margen de eso y siempre al 100% con el grupo", enfatizó Hernández que prefirió no hablar sobre sus cualidades. "Con respecto a la técnica del golero, prefiero que hablen los expertos. En lo que sí he mejorado mucho es en hablar con los compañeros y también en la pegada".