Aguirre usa una pomada casera Dos puntas distintos, jugando parecido: Urretaviscaya es el Estoyanoff de hace siete años



Peñarol es líder invicto del Torneo Clausura, 12 goles a favor y 4 en contra, lo que da un promedio de 3 tantos por partido, algo que era impensado en el comienzo de la temporada, por más que entre sus incorporaciones los aurinegros concretaran la de Jonathan Urretaviscaya.

¿Cuál es, pues, la razón del cambio; de ese casi milagro? Obvio, los números cantan: la eficacia del ataque; y en ese contexto, es clara la incidencia que ha tenido el juvenil que "explotara" con la mejor versión del River Plate de Carrasco.

Ahora, bien; al igual que lo hizo con la selección Sub 20 en la disputa del Sudamericano de Venezuela y el Mundial de Egipto, Diego Aguirre no pone a Urretaviscaya como lo hacía "J.R.", de punta, jugando por las bandas -preferentemente en la izquierda- y adelante.

En Peñarol, "Urreta" cumple un rol claramente ofensivo, también sobre un borde de la cancha, pero a la derecha y no como punta, sino arrancando de más atrás, prácticamente desde el flanco mismo del mediocampo.

Más allá de que hay quienes se preguntan si el ex darsenero no sería más desequilibrante si jugara como lo hacía con Carrasco, los antecedentes establecen que la "discusión" es válida.

Sin embargo, hay otros indicadores, quizá no tan matemáticos, que también respaldan la "tesis" que Aguirre lleva a la práctica. Esto es: el entrenador no hace ningún "invento" con Urretaviscaya, sino que repite casi lo mismo que hizo con Fabián Estoyanoff -puntero-puntero, si los hay- en el Peñarol de 2003, último cuadro aurinegro que fue campeón uruguayo.

Hace 7 años Aguirre también quería que el "Lolo", con otras características que Urretaviscaya -si acaso, como delanteros, e incluso punteros, son el aceite y el agua- jugara por afuera, pero arrancando retrasado, al punto que en cierto momento Estoyanoff dejó de ser titular, aunque entraba siempre, porque no "engranaba".

La receta de Aguirre, pues, lejos de ser nueva, es "vieja", "casera" del técnico, pero -como la pomada de la abuela- cura, sana. Si no, que lo diga Peñarol: líder invicto, con un promedio de tres goles por partido y 5 puntos de ventaja sobre el tradicional adversario.