Aprendió a sufrir. Peñarol ganaba fácil y River Plate lo obligó a dejar el alma



Peñarol salió "vendiendo boletines". En todo. Con un patadón que le metió Albín -recibió una amarilla que si era roja "no pasaba nada"- a los 20 segundos a Zambrana, que tardó casi todo el primer tiempo en recuperarse. con el gol que a los 3` hizo Urretaviscaya. Con el oportunismo con el cual, aprovechando la debilidad de la defensa rival, 4` más tarde Alcoba lo puso dos goles adelante. Y, fundamentalmente, con lo que marcó, quitó, corrió y hasta salió, al punto que gestó el arranque de la jugada del primer tanto, de este Arévalo Ríos que trajo lo que cualquier Peñarol que sea fiel a su tradición no le puede faltar: corazón, alma.

Así, pues, por más que Pacheco fabricaba buenas llegadas, al punto que el pase y el centro con los que se gestaron los dos goles nacieron de sus zapatos, pero no definía bien, y de que Martinuccio era revoltoso y Ramírez empujaba, pero ninguno de los dos estaba fino -igual que el "Tony"- como en otras oportunidades, para Peñarol parecía fácil.

Es que los tres del medio de River no contenían, si iban arriba no volvían a tiempo y dejaban un gran espacio a sus espaldas y el fondo darsenero -sobre todo por izquierda- "pagaba los platos rotos" y no paraba a casi nadie.

Sin embargo, a los 25` Carrasco empezó retocar el cuadro, a meter más petisos de buen pie, rápidos y, entonces, ya para el segundo tiempo, entró a cambiar el panorama porque, además, Peñarol quedó con 10 por una segunda amarilla que vio Aguirregaray ante un foul de ataque que no era para tanto y, aparte, pareció sentir el intenso ritmo que había impuesto en los 45` iniciales.

Reaccionó el cuadro de "JR", que puso línea de 3 y, tocando, jugando, llegó al empate y se perfiló para seguir de largo. Ahí Aguirre hizo de todo: puso a Darío para tapar el flanco izquierdo de la retaguardia, a donde había bajado a Ramírez con mal resultado, pues hizo el penal con que descontó Zambrana; puso al "Pollo" para que enfriara; y, al final, cuando su equipo ya ganaba con el gol de pelota quieta que, por error de la barrera, metió Urretaviscaya, puso a Alonso, quizá, hasta por cábala. Es que ayer este Peñarol de hoy aprendió lo que es sufrir; pero así también vale.

La cifra: 9 partidos llevaba Carrasco, dirigiendo a River Plate, sin perder con los grandes.

La estrella: Arévalo Ríos; En el primer tiempo fue impresionante y en el 2° sobrevivió al toque del rival.