Está mucho más delgado. Y entrena con la misma ilusión de la primera vez que llegó a Peñarol. Es un caballero, y como tal se refirió a los rumores que se tejieron en torno a él. "Algunos pueden ser ciertos", admitió. Y dijo no entender cuál era la necesidad de los dirigentes de hablar públicamente temas que sólo tenían que tratar con él. Aseguró que lo suyo no pasa por un tema económico, pero que es un profesional y tampoco está dispuesto a jugar gratis.
- ¿Cuál es hoy su situación en Peñarol?
- Estoy entrenando con el plantel porque Diego (Aguirre) me comunicó que quería contar conmigo. Y yo a su vez quería seguir en Peñarol. Ya estuve reunido con algunos dirigentes y en estos días seguramente voy a firmar el contrato. Igual, hasta ahora no podía ser tenido en cuenta porque cuando empezamos a entrenar me resentí de una vieja lesión. Este tiempo me vino bien para ponerme en forma y en los próximos días voy a estar a la orden del técnico para lo que disponga.
- ¿Por qué cree que se dilató tanto lo del contrato?
- Más allá de los rumores, que algunos pueden ser ciertos, está el hecho de que Peñarol en pocos días tuvo que resolver un montón de cosas. Entre ellas la elección del entrenador y de los jugadores que podían venir. Habrán pensado que lo mío era, entre comillas, más fácil.
- ¿Qué rumores? ¿Se refiere a lo de la rebaja del sueldo?
- De esas cosas no hablo.
- ¿Pero alguien llegó a planteárselo?
- No, pero sé que lo han dicho públicamente. Y creo que son cosas para hablar conmigo y no públicamente. Pero habría que preguntarle a ellos cuál era la necesidad de decirlo públicamente. Es una pregunta más para los dirigentes que para mí.
- ¿Y aceptaría una rebaja salarial para quedarse en Peñarol?
- Esto no pasa por un tema económico. Eso está claro desde el día en que decidí volver de Alemania. En ese momento lo económico pasó a un segundo plano. Eso no quita que uno es un profesional y tampoco va a estar jugando gratis.
- Si no hubiera podido quedarse en Peñarol, ¿hubiera ido a otro club?
-Sí. Si Peñarol no hubiese querido contar conmigo hubiera arreglado en algún otro lado para seguir jugando. No es mi intención retirarme todavía.
- ¿Por qué cree que no pudo rendirle a Peñarol como se esperaba?
- En este último semestre no estuvimos a la altura de las circunstancias, por decirlo de alguna manera. Pero lo que más me marcó fue el resultado clásico. Porque si analizamos, hubo muchos partidos que yo no jugué. Ya sea por la suspensión que acarreaba del otro campeonato o porque no estaba bien. Pero gracias a Dios en la seguidilla de partidos que ganamos estuve en todos. Esto es un deporte de equipo y lo cierto es que no dimos la talla. Es lógico que recaiga sobre algunos jugadores más que sobre otros. Es un rol que asumo. Y en la autocrítica es obvio que no me siento para nada conforme con mi rendimiento, sobre todo en los últimos seis meses del año pasado.
- ¿Y cómo se hace para cambiar esa imagen?
- Estoy entrenando con la misma ilusión de la primera vez que vine a Peñarol. Eso no cambia. Dando lo mejor de mí como lo hice siempre en todo los equipos donde estuve. Dar el 100% o un poquito más. Eso es lo que depende de mí. Y esperemos que el resultado, que es lo que no depende solamente de mí, también se dé.
- Hoy cumple un rol diferente en el plantel, ¿le gusta?
- Es la historia del jugador de fútbol. Uno trata de volcarle a los más jóvenes lo que fue aprendiendo de los compañeros mayores que lo forjaron y le enseñaron como ser dentro y fuera del campo de juego. Como a esos jugadores uno ya no les puede devolver nada, trata de hacerlo con los que recién comienzan. Es una función que nace sola. Y no es que los jóvenes no te puedan enseñar nada, yo aprendo todos los días de ellos. Hoy le digo a un joven `corré esta pelota por mí que no puedo` y se mata. Es un ida y vuelta. Uno les brinda experiencia y ellos energía. Es la conjunción ideal.
- ¿Y saben escuchar?
- Hoy los jóvenes escuchan cada vez menos. Pero no sólo en el fútbol, pasa en la sociedad. Se ha perdido un poco el respeto por los mayores. Pero acá hay un gran grupo con ganas de progresar y de aprender. Escuchan y también tratan de aportar. Y aunque ellos no lo saben nos enseñan cosas a los mayores, a veces con actitudes, hasta sin palabras.
"Cuando decidí volver de Alemania, lo económico pasó a un segundo plano".
Diferencias. El jueves pasado Darío se reunió con los consejeros Walter Pereyra y Sergio Perrone. Las diferencias económicas son grandes. Seguirán hablando.
Jóvenes. "Hoy le digo a un joven `corré esa pelota por mí que no puedo` y se mata. Es un ida y vuelta. Uno les brinda experiencia y ellos energía. La conjunción ideal".
Autocrítica. "Lo que más me marcó fue el resultado clásico. No me siento para nada conforme con mi rendimiento, sobre todo en los últimos seis meses".
Se ilusiona mucho con el nuevo Peñarol
Darío está muy ilusionado con el "nuevo" Peñarol que comenzó el Clausura con dos victorias. "Dicen que Peñarol es un equipo de mitad de cancha hacia adelante y otro atrás. Yo soy defensa y hablo del equipo en general. Lo que pasa es que mirándolo de afuera es distinto. Se dice tiraron una pelota cruzada y tuvieron problemas, pero hay que ver que esa pelota cruzada no tiene que salir y ahí ya no es un tema de la línea de cuatro. Son trabajos de equipo y el entrenador lo corrige en la semana. Y siempre es más lindo corregir cuando se gana. Somos conscientes que hay que seguir mejorando, pero tenemos jugadores que puede desequilibrar y darnos los tres puntos".
El defensa se ilusiona con poder dar por fin, vuelta la pisada, pero sabe que hay que ir despacio. "Como dijo el entrenador pasaron Wanderers y Cerro. Ahora hay que pensar en el próximo rival y nada más. Creo que es la mejor forma de encarar este semestre o estos cien días. Con metas muy cortas".
Lo que más quiere es darle felicidad a la hinchada. "Ellos saben del esfuerzo, el sacrifico, y las ganas que tenemos de salir adelante. Han demostrado una fidelidad increíble. No es una de las hinchadas más fieles, es la más fiel y la más seguidora", aseguró.
