Victoria de campeón. Peñarol salió al frente en un partido decisivo y en el que Defensor Sporting lo tenía contra las cuerdas; Siegler clave



Daba para saltar sin parar. Para festejar como lo hizo Diego Aguirre tras el pitazo final de Gustavo Siegler. Daba para levantar los brazos y empezar a sentir que el campeonato está en Los Aromos.

No fue un triunfo cualquiera. Como no era, antes de empezar, un partido más. Sin importar la forma en la que llegaba Defensor Sporting, los antecedentes previos por la derrota de Nacional y por el ciclo negativo ante los violetas le ponían un marco diferente al encuentro.

En la cancha quedó demostrado, por la manera en la que se jugó el cotejo, que se trataba de "EL" partido. Lo fue. Por el espectáculo, por los nervios, por el dominio que tuvo el violeta en el primer tiempo, donde además de borrar de la cancha a los veloces aurinegros se dio el gusto de proponer, de acometer contra Sebastián Sosa.

Y Peñarol salió al frente. Con un horror de Gustavo Siegler, para empatar en un tanto por bando porque ni de casualidad hubo falta de Williams Martínez sobre Alejandro Martinuccio, pero también con un temperamento vital. Porque se repuso del 2-1 que metió Ignacio Risso. A corazón, bajo el influjo de un soberbio Sergio Orteman, más un reaparecido Gastón Ramírez, el carbonero construyó la victoria más importante del campeonato.

Un triunfo con sabor a título. Con un tremendo peso para la tabla Anual y con un fortalecimiento espiritual impactante.

No es poca cosa entender cómo llegó el resultado de 3-2. Hay que ver que el fútbol aurinegro no estaba presente en el campo, que Tabaré Viudez y Adrián Luna rompían como querían los esquemas de Diego Aguirre.

Sacudiendo la cintura, girando de un lado para el otro, fueron llevando el partido al campo adversario y Peñarol recién pudo salir de ese agobio, de ese predominio del "tuerto" cuando Mario Risso debió salir fuera del campo para que le atendieran un corte.

La baja llevó a Gaglianone a la zaga, eso abrió espacios en la mitad del terreno y Peñarol con más polenta que ideas se fue encima del conjunto de Heber Silva Cantera. Pudo abrir el marcador si Gerardo Alcoba hubiese cabeceado mejor el envío de Antonio Pacheco, pero ya iban 30 minutos de juego para vislumbrar al menos una paridad en las acciones, porque hasta ese momento la libreta de apuntes solamente registraba avances ofensivos del ayer dueño de casa en el Centenario.

Además, después pasó lo que se veía venir por la forma en la que Viudez se desenganchaba con facilidad: penal de Darío Rodríguez y gol de Gaglianone en el rebote tras fallar la pena máxima.

Pero Peñarol cambió. Salió con mayor energía, con Gastón Ramírez más incisivo, con Martinuccio más querendón y con Pacheco más participativo. El empate no llegó de manera lícita, porque el penal sólo existió para los ojos de Siegler, pero de ahí en más hubo otro Peñarol.

Un equipo que ni siquiera se amilanó ante el golazo de Ignacio Risso. Que tiró la camiseta para adelante con el fin de impedir que se terminara la racha positiva.

Un equipo que se acordó que por afuera y con sus hombres veloces podía generar el riesgo necesario como para dar vuelta el marcador.

Claro, falló también la viola. Porque la salida de Luna primero y Viudez después terminó con los dolores de cabeza. Así, a los muchachos de Aguirre solamente les quedó por delante la tarea de recomponerse en la cancha para ir en busca del triunfo.

Llegó, con algo de fortuna, pero ya sin necesidad de responsabilizar al juez por algún gruesísimo error (como el que cometió cuando dejó mover a los aurinegros desde el medio de la cancha con sólo cinco hombres violetas dentro del campo). Peñarol ganó y dio vuelta el partido dando todo por conseguirlo.

Corriendo, cerrando filas, armando juego con Orteman, filtrándose una y otra vez. Atropellando. Metiendo la pelota al área para que llegara el error, como el de Gaglianone para el 3-2 definitivo en la hora.

Y la victoria, por cierto, tiene gusto a campeonato.

Las cifras: 10 Victorias consecutivas sumó ahora Peñarol en el Torneo Clausura. Campaña histórica.
2 Años llevaba Peñarol sin vencer a Defensor Sporting. La última había sido en el Clausura de 2008.