Peñarol anhela tener su estadio propio y sigue trabajando con decisión en el ambicioso proyecto que pretende iniciar este año. El lugar de construcción aún no está definido.
"Ofrecemos en permuta un estadio nuestro" enfatizó ayer el presidente Juan Pedro Damiani .
"Es importante aclarar esto. Peñarol no le pedirá nada al Estado. Va a pagar por lo que le ofrezcan", aclaró el vicepresidente Edgar Welker.
En la sala de sesiones del Consejo Directivo se dieron a conocer varios aspectos del acuerdo entre la institución aurinegra y la empresa Saceem.
Damiani apuntó que los estados recurren al capital de riesgo y al capital privado. "Estamos en un camino importante. Transitamos la parte técnica y de viabilidad de este gran sueño que tenemos y desde hace tres meses venimos cumpliendo reuniones al más alto nivel con el Poder Ejecutivo. Este gobierno ha tenido como premisa atraer inversiones", recalcó.
Lo manejado en el anteproyecto prevé una inversión de 20 millones de dólares. "La mano de obra será uruguaya y todo esto le dará un cambio sustantivo al deporte. Si se llega a concretar el objetivo que nos trazamos, habrá un antes y un después de la construcción del estadio por lo moderno que sería y la seguridad que otorgaría. Pretendemos un fútbol con pasión y asimismo que vuelva la familia, como lo está haciendo en la actualidad", reflexionó.
El ingeniero Alejandro Ruibal, uno de los directores de la empresa Saceem, destacó la significación del hecho: "Trabajamos en los últimos meses en el desarrollo de un modelo creativo que posibilite la construcción de una infraestructura deportiva de gran nivel y pública. Tratamos de establecer las condiciones para que inversores se apliquen a un proyecto y a un modelo que tenga buena rentabilidad que sea una especie de `Shopping Center`. Destaco tres ejes: la tierra, el terreno y paralelamente están las bases del proyecto, los locales comerciales, el estacionamiento privado. Se trabaja en el plan de negocios que en definitiva es lo que apuntalará esta inversión", concluyó.
