Peñarol ganó la Tabla Anual, nada más ni nada menos, al vencer de atrás a Danubio en Maroñas.



Es cierto, se veía venir; incluso, por algo -seguramente luego del empate de Nacional con Fénix- decidió darle descanso a Darío Rodríguez, Pacheco y Orteman. Sin embargo, con el paso de los minutos en el partido de la víspera y, sobre todo, con el proceso del score, el lugar donde se concretó el objetivo perseguido por los aurinegros, por la forma en la que ayer se plasmó la victoria, tienen un vínculo simbólico.

Esto es: Peñarol ganó en Jardines del Hipódromo, corriendo de atrás, viniendo por los palos, quizá, según la jerga "burrera", como lo hizo a lo largo de todo el Torneo Clausura.

Es que, con eso de "parar" a Arévalo Ríos y Orteman, siguiendo con los términos turfísticos, Peñarol entró sobón y, fundamentalmente en mediocampo, se vio superado por el manejo dúctil y sostenido de ese tejido de volantes y mediapuntas que armó Markarian con Porras, Píriz, el propio Díaz, más algunos pincelazos de Grosmüller y, ni hablar, el traslado, las repentizaciones, y los pases del "Chino" Recoba.

Peñarol, igual, aunque más espaciadamente que su rival, tuvo quizá mayor profundidad que el local, a través de las carreras de Urretaviscaya, las potentes subidas de Aguirregaray y tres o cuatro contragolpes hilvanados por Olivera y Martinuccio, que no definieron con eficacia en el área del conjunto de Maroñas.

No extrañó, pues, que en el complemento, cuando Mena afinó más su velocidad, el local se pusiera 1-0 con una jugada personal y un golazo de Recoba.

Es más, empezó a flotar la sensación de que Peñarol podía dejar su invicto del Clausura; pero se encadenaron varias situaciones: con el ingreso de Alonso y el adelantamiento de Urreaviscaya por derecha, Aguirre pasó a jugar con 3 puntas; Grossmüller dejó al local con 10 por una roja tonta; y Ramírez empató con un tiro lejano, furibundo y fabuloso.

Con el empate y, por tanto, la Anual en sus manos, como Danubio no se rindió nunca, Peñarol siguió metiendo, por las dudas, y terminó ganando; corriendo por los palos, de atrás, como en todo el Torneo Clausura.

La cifra: 14 fechas suma Peñarol sin perder por el Uruguayo; la última vez fue en el Apertura con Danubio.
La estrella: Urretaviscaya; Sus corridas, centros y corners fueron un problema para Danubio.