Peñarol vs Nacional Domingo 18 Abril de 2010, 13ª Fecha Torneo Clausura



El empate, por lo general, deja sabor a poco; sensación de que, por más que cada cuadro gana un punto, ninguno se va con nada. Y así fue ayer, con un agregado: a la hora del repaso, el clásico no dejó nada.

No hubo, por ejemplo, sorpresas -ni de estrategia ni de integración- por ninguna de las dos partes, porque Acevedo había manifestado su convicción en Ovación de que el partido iba "a ser muy táctico" y en ese aspecto lo único "distinto" fue que Urretaviscaya y Ramírez jugaron "cambiados" por muchos pasajes, al punto de que el ex darsenero, de contragolpe, protagonizó varias llegadas profundas en la primera etapa, pero por la izquierda, que es el flanco opuesto al que juega en forma acostumbrada.

Si acaso, un leve matiz en ese sentido, pudo haber sido que en los 45` iniciales también Arévalo Ríos y Orteman aparecieron "invertidos" en el mediocampo aurinegro, lo que fue corregido en el complemento, porque eso hizo que el "Cacha", que es el más marcador de los dos, jugara más lejos de "Matute" Morales, lo que permitió que, con el empuje de Ferro, los precisos pases largos de Calzada y algunas subidas del "Tata" González, Nacional fabricara sus mejores y más profundas llegadas en la media hora inicial de la primera etapa.

Sin embargo, aparte de eso, que Peñarol cambió en el segundo tiempo, contribuyendo a cerrar el partido mucho antes del pitazo final de Vázquez, no hubo más nada; como tampoco se registraron jugadas polémicas e, incluso, se dio algo que es prácticamente el común denominador histórico de los choques entre los grandes del fútbol uruguayo.

Esto es: saliendo y llegando los dos por los costados, uno a través del "Tata", "Matute" recostado a la izquierda, y los cambios de frente de Calzada, y el otro por el confuso empuje de Ramírez y la velocidad de Urretaviscaya, exceptuando a Ferro, que utilizó los claros del mediocampo para rematar de distancia, los demás volantes -de contención, de balance, como "Ojota", Egidio e, incluso Orteman, que gravitó más en la segunda etapa, fueron figuras casi nominales.

Así, pues, hubo menos fricciones, lucha y congestión de la mediacancha que lo acostumbrado en los clásicos.

Dentro de ese contexto, lo más insinuante estuvo en la primera parte, donde Nacional fue más profundo al principio, porque el mediocampo y la franja izquierda del fondo aurinegro dejaron claros inusuales para un clásico, y Peñarol estuvo más cerca del triunfo porque, como corolario de sus salidas a espaldas del "Tata", Urretaviscaya estrelló un tiro en un caño, Coates despejó una pelota de gol en la boca del arco y Calzada sacó otra de la raya.

Todo eso en el primer tiempo, porque en el 2° no pasó nada: Peñarol arrimó a Egidio más cerca de "Matute", Calzada quedó más lejos del argentino y cerca "Ojota", y por la derecha Urretaviscaya no creó el mismo peligro que sobre el otro flanco, porque tampoco Nacional ofreció espacios para los contragolpes rivales.

Sólo quedó el suspenso por el resultado, totalmente dependiente de las circunstancias, que se fueron en amagues; como los botijas en la escuela, Peñarol y Nacional esta vez ni "se pelearon", y cortaron para "la salida", en mayo, cuando se vean las caras en las finales del Uruguayo.