Peñarol quería una fiesta y la tuvo. Porque en las tribunas hubo más de 30.000 personas a pesar de ser un partido en el que los puntos no valían más que para una estadística. Y porque en la cancha el equipo de Aguirre ganó como a la mayoría de los hinchas les gusta ganar de vez en cuando. O no tan de vez en cuando. De atrás y en la hora. A lo Peñarol, como se dice.
"Recién les dije a los jugadores que todo esto es increíble, que hicimos emocionante hasta un partido que no tenía puntos importantes en juego", contó sonriente Aguirre, minutos después de consumada la victoria número 14 en 15 partidos del Clausura.
El público, que por momentos se impacientó más de lo que a priori podía presumirse por lo que había en juego, terminó festejando con locura una victoria sufrida. O más que eso; una campaña notable que ni propios ni ajenos podían imaginar a comienzo de año.
La fiesta fue redonda. Empezó media hora antes del partido con el homenaje a Fernando Morena y Néstor "Tito" Goncalves, con un video de tres minutos proyectado en la pantalla gigante y que despertó grandes ovaciones en las cuatro tribunas y la entrega de plaquetas por parte del presidente Juan Pedro Damiani. Siguió con los sorteos de los televisores y las once camisetas de los titulares. Terminó con victoria y récord. Completo.
