No era fácil preguntarle. Y para él no fue fácil responder. Se quebró varias veces durante la entrevista. Tal como le había pasado en la cancha. En la puerta del vestuario bohemio lo esperaba un hincha de Peñarol que le trajo la bandera que había estado colgada del talud de la Amsterdam y que rezaba: "Tony Peñarol te ama". El muchacho le agradeció por todo lo que le había dado a Peñarol y él respondió: "No, muchas gracias a ustedes". Y entró con lágrimas en los ojos.
- Cuando se despertó ayer, ¿qué fue lo primero que pensó?
- No quise pensar mucho, porque pensar demasiado me podía hacer muy mal. Aunque sabía, cuando tomé la determinación de continuar, que algún día me iba a pasar esto. Traté de ser el profesional que creo haber sido durante toda mi carrera y obviar mis sentimientos por 90 minutos.
- ¿Y pudo?
-Fue imposible, no los pude obviar en ningún momento del partido. Pero hoy me debo a una institución que en el peor momento de mi carrera me abrió las puertas. Y los muchachos jugaron un partidazo. Ganaron bien.
- ¿Cómo fue el camino desde el Prado al estadio? ¿Y llegar al vestuario visitante?
- Todo diferente, todo raro. Todo distinto. Pero sabía que algún día me iba a tocar. Y la concentración tenía que ser mucho mayor aún. Independientemente que mi sentimiento por Peñarol es incambiable y la gente de Peñarol fue la que me llenó el alma para seguir cuando pensaba en dejar de jugar, sabía que iban a ser 90 minutos de sensaciones muy encontradas.
- ¿Cuál fue el momento más difícil para su corazón?
- Fueron varios. Desde el momento en que salí a la cancha con otra camiseta, en el estadio Centenario y contra Peñarol fue muy duro. Y luego, la gente, el recibimiento. No tengo palabras. Uno no se puede preparar para un día como este. No es fácil. Todo fue impresionante. En el peor momento de mi vida deportiva la gente siempre estuvo a mi lado.
- ¿Se quebró en la cancha?
- Un poco cuando me abracé con mis compañeros, con mis excompañeros.
- ¿Cómo fue lo del hincha que entró a la cancha?
-Me dio una bandera que decía que yo siempre iba a estar en el corazón de los hinchas y una calcomanía de la Banda del León. Y me agradeció. Me dijo cosas muy lindas. Traté de llevármelo, era lo menos que podía hacer por él porque sabía que después venía la reprimenda. Y no me parecía correcto porque si bien lo que hizo no estuvo bien, lo hizo con mucho respeto. Traté de protegerlo.
- Dijo recién que tenía que estar más concentrado que nunca, ¿se equivocó en algún momento del partido? ¿Pensó que tenía que jugar para el otro lado?
- De repente en alguna situación de juego. Pero quiero dejar claro que le estoy muy agradecido a mis compañeros, perdón a mis excompañeros que me dieron una plaqueta. Y también a mis compañeros de hoy que me ayudaron mucho.
- No me dijo si se equivocó en algún momento.
- Eso me lo guardo.
- ¿Le dolió el pase de gol que le dio a Mercado?
- No, a Wanderers le venía bien un triunfo porque está en una situación compleja. Y esto es fútbol. La gente lo sabe y entiende.
- ¿Con quién cambió la camiseta?
- Me llevo la de un amigo. La de Darío.
-Hablando de Darío, ¿cómo fue el sorteo?
- Un momento extraño, muy raro para los dos.
- ¿Se puede decir que jugó su primer y último partido contra Peñarol?
- No, no se sabe. Nunca se sabe. Y no es momento para hablar de eso.
- ¿Es cierto que lo llamó Damiani?
- Sí, y le dije lo mismo. Que no era momento para hablar.
El hincha: "Me agradeció y me dijo cosas muy lindas. Traté de protegerlo".
