Entrevista a Octavio Darío Rodríguez "Estamos en Peñarol y por eso nos permitimos soñar en grande"





Es el capitán aurinegro y el gran referente desde la partida de su amigo del alma: Antonio Pacheco. Al comenzar un nuevo año, Darío habló de como están abocados a rearmar el grupo y sobre los objetivos que se plantean. No eludió referirse a la forma en que perdieron el Torneo Apertura, a pesar de la gran ventaja que tenían. También contó sobre el rol que cumple en el grupo, un papel que le sienta a las mil maravillas. Contó que llama por teléfono a los nuevos para darles la bienvenida, como otros hicieron con él.

-¿Es cierto que esta vez se le hicieron un poco largas las vacaciones?

-Un poco, el torneo terminó a principios de diciembre y estábamos acostumbrados a tener vacaciones más cortas. Pero también aproveché para estar mucho con la familia, para disfrutar con ellos, sobre todo después que terminó la época escolar. Con esto del fútbol a veces uno no tiene tiempo. Además, fue un año muy largo con la Libertadores y la gira que tuvimos después, y lo necesitábamos.

-¿Es de los que hacen los deberes que manda el "profe" Curbelo al pie de la letra?

-Sí, trato por lo menos. Antes los calendarios permitían que sólo salieras a trotar un poco o no hicieras nada y luego igual podías ponerte en forma porque había más tiempo. Ahora, como están hechos los calendarios se siente más la inactividad si te quedás parado.

-¿Qué mandó el "profe"?

-De todo un poco. Trabajos normales, más que nada para no perder la fuerza, que es algo que se pierde rápidamente y que es un componente de la velocidad. Y muchos trabajos de flexibilidad. Mantenimiento más que nada.

-De lo que mandó, ¿qué es lo que menos le gusta?

-Trato de hacer todo. Y lo bueno es que se puede hacer en cualquier horario, ni siquiera hay que levantarse temprano. Pero lo más lindo para el futbolista es lo que empieza ahora: jugar al fútbol.

-¿Cómo fue el arranque?

-Cuesta, porque volvés a tener horario. Hay que llegar en hora. Entrenar con los compañeros siempre es motivante, pero a la vez hay una sana competencia que te hace exigirte aún más.

-¿Ya duele todo el cuerpo?

-Está empezando. El día libre es cuando se te juntan todos los dolores.

-¿Qué espera de este año?

-En este momento estamos rearmando el grupo. Llegaron compañeros nuevos, aunque algunos ya estuvieron en el club. Queremos que se adapten lo más rápido posible. Y luego el gran objetivo que tenemos es entrar a la fase de grupos de la Libertadores. No va a ser fácil. El equipo rival ya está entrenando hace muchos días. Y de las últimas diez ediciones de la Copa, participó en nueve, lo que significa que están acostumbrados a partidos internacionales. Y tienen jugadores de selección. No va a ser fácil, pero gracias a Dios estamos en Peñarol y eso nos permite soñar en grande.

-Más después de lo del año pasado...

-Claro. Ni hablar. Quedó demostrado que cuando se hacen las cosas bien, se trabaja bien y teniendo un buen grupo se puede llegar lejos. Acá el objetivo es intentar ganar todo. En lo local estar definiendo y en lo internacional llegar lo más arriba que se pueda.

-Hablando de que Caracas comenzó a entrenar mucho antes que ustedes, ¿no cree que la Mutual debería ser más flexible y haberles permitido arrancar antes?

-Es un tema un poco raro. Nos permitían entrenar juntos en algún lugar, lo que no se podía era utilizar las instalaciones ni estar a disposición del entrenador. Lo que pasa es que es algo que se logró a través de muchos años de lucha. En otros tiempos en estas fechas se estaba jugando y no existía que pasáramos las fiestas con la familia. Y menos los extranjeros. Otros jugadores lo pelearon. Pero seguramente con el tiempo la Mutual puede llegar a otro acuerdo. Hoy es lo que hay y nosotros nos debemos a nuestro gremio.

-Recién hablábamos de la Copa, pero antes hay torneos de verano y clásicos. ¿Usted es de los que se los toma en serio o de los que piensan que no son lo mismo que un clásico oficial?

-Las dos cosas: me lo tomo en serio, pero no es lo mismo. Al menos para mí. Por más que uno siempre quiere ganar para darle una alegría a la hinchada y me imagino que la gente de Nacional quiere lo mismo. Darle una alegría a sus hinchas y empezar bien el año. Pero sabemos que son partidos preparatorios. Es cierto que te exigís más y la adrenalina es mayor que si fuera un amistoso internacional. Y lo querés ganar. Pero no es lo mismo que si fuera por los puntos. Yo lo siento así.

-Ahora que tuvo descanso y tiempo para pensar, ¿qué explicación le encuentra a lo que pasó al final del torneo Apertura?

-Lo mismo que dije cuando terminó el campeonato. Que es fútbol. Y ni en el fútbol ni en la vida hay nada escrito desde antes. Uno va forjando su destino. Fue eso. Después de los partido con Cerro y Liverpool sentíamos una gran necesidad de ganar como fuera y no nos enfocamos dentro de la cancha de la mejor manera. Estábamos muy ansiosos. Si hubiéramos empatado algún partido de esos, otra hubiera sido la historia. O el partido clásico, que lamentablemente perdimos en la última jugada. Una jugada muy bien aprovechada por ellos, pero que sabemos que son cosas que no nos pueden pasar.

-Tenían que haberlo cortado con falta, ¿no?

-Sí, sí. Pero aparte de eso, fue raro. Se cayó un compañero, se resbaló. Fue todo muy raro. Estaba para el rival. Fue así.

-Juan Alvez contó que habló con usted antes de comenzar a entrenar, ¿hay que llamar a Darío antes de llegar a Peñarol?

-No, sí fui yo el que lo llamé. Para felicitarlo y para darle la bienvenida. También pedí el teléfono de Lerda, pero no lo conseguí.

-¿Lo conocía a Alvez?

-No, pero me parece que me correspondía. Sabía que eran muy buenos muchachos más allá de lo buenos profesionales y buenos jugadores que son.

-Debe ser muy importante para un jugador que llega a Peñarol que lo llame usted por teléfono.

-Puede ser. Hay que ver el imaginario del jugador. No lo hago porque me sienta importante ni nada, es porque me nace. Es lo que siento que tengo que hacer. Darle la bienvenida, y desearle mucha suerte. Lo hago desde que regresé a Peñarol. Lo hicieron conmigo y me gustó mucho.

-¿Quiénes?

-Pablo, el "Vasco", el "Gaby"... Y el "Caballo". No preciso dar los apellidos, ¿no? Todo el mundo sabe de quienes hablo.

Objetivo: "Es ganar todo, entrar a la fase de grupos de la Copa y en lo local, definir".

Clásico: "Los de verano me los tomo en serio, pero no es lo mismo que por los puntos".

Apertura: "Es fútbol y no hay nada escrito antes. Uno forja su destino;

fue eso".
Apoyó a Lerda y Alvez no caía

Para Juan Alvez y Danilo Lerda llegar a Peñarol fue un paso grande en sus respectivas carreras. Para ambos fue muy importante que el capitán les diera la bienvenida y les hiciera saber que contaban con su apoyo. "Tuve la oportunidad de hablar con Darío. Vino varias veces a mi habitación. Se nota que además de un gran profesional es una excelente persona. Todos le tienen un gran respeto. Me dijo que contaba con todo su apoyo y eso fue muy importante, contó Lerda. "Cuando me llamó no podía creer que fuera él. `¿Qué?`, pregunté cuando me dijo que era Darío Rodríguez, que le había pedido el número a Rabadja y que quería felicitarme y decirme que me quedara tranquilo que me iban a dar una mano. Yo no caía. Cuando llegué a Los Aromos se lo agradecí", relató por su parte Alvez.

REFERENTE

"Llamé a Juan Alvez para darle la bienvenida y felicitarlo. También pedí el teléfono de Lerda, pero no lo conseguí. Me parece que me correspondía".

EXPLICACIÓN

"Después de los partidos con Cerro y Liverpool sentíamos una gran necesidad de ganar como fuera y no nos enfocamos en la cancha de la mejor manera".

RARO

"Perdimos el clásico del Apertura en la última jugada. Son cosas que no nos pueden pasar. Fue raro: se cayó un compañero, se resbaló. Estaba para el rival, fue así".