Como en cada 16 de Julio, Uruguay conmemora un nuevo aniversario de la obtención de la Copa del Mundo de 1950.
El mundo del fútbol recuerda de diversas maneras lo que se cataloga como la mayor hazaña de la historia de los mundiales, "el Maracanazo".
Dos aurinegros (José "Pepe" Schiaffino y Alcides Edgardo Ghiggia), fueron los artilleros que sentenciaron a Brasil en aquella tarde del 16 de julio en Río de Janeiro, enmudeciendo a 200.000 personas que abarrotaban el gigantesco Maracaná.
Los celestes provocaron una de las más fuertes conmociones del fútbol mundial cuando derrotaron a Brasil por 2 a 1.
Un equipo conformado con varios jugadores del recordado Peñarol del 49 y dirigido por Juan López, capitaneado por el gran Obdulio Varela, jugó con enorme presencia ante toda la adversidad que suponía la localía de Brasil, a quién daban por campeón antes de jugar.
Un carnaval de varios días estaba preparado para festejar la coronación brasileña en su propia casa. Con el empate los norteños eran campeones del Mundo por primera vez.
Maracaná se acalló con el empate a uno marcado por el gran "Pepe" Schiaffino y se enmudeció totalmente cuando Alcides Edgardo Ghiggia marcó el tanto de la victoria a los 79 minutos con remate rasante contra el palo del arquero Barbosa.
El silencio conmovedor y la sorpresa de Rimet
Alcides E. Ghiggia recordó en una nota publicada por la Revista oficial de la Conmebol: "realmente fue un momento indescriptible cuando se produjo ese silencio sepulcral en todo el estadio, e incluso se escuchaba el llanto de la gente. Eso fue conmovedor para nosotros que como contraparte festejábamos aquel título".
El pitazo del juez cuando la pelota estaba en el aire marcaba que Uruguay era nuevamente Campeón Mundial.
Jules Rimet, entonces presidente de la FIFA, reconoció tiempo después en varias entrevistas: "Todo estaba previsto, excepto el triunfo de Uruguay. Al término del partido yo debía entregar la Copa al capitán del equipo campeón. Una vistosa guardia de honor se formaría desde el túnel hasta el centro del campo de juego, donde estaría esperándome el capitán del equipo vencedor (naturalmente Brasil)"... "Preparé mi discurso y me fui a los vestuarios pocos minutos antes de finalizar el partido (estaban empatando 1-1 y ese resultado clasificaba campeón al equipo local). Pero cuando caminaba por los pasillos se interrumpió el griterío".
"A la salida del túnel, un silencio desolador dominaba el Estadio. Ni guardia de honor, ni himno nacional, ni discurso, ni entrega solemne. Me encontré solo, rodeado por algunas personas, con la Copa en mis brazos y sin saber qué hacer".
"En el tumulto terminé por descubrir al capitán uruguayo, Obdulio Varela, y casi a escondidas le entregué la estatuilla de oro, estrechándole la mano y me retiré sin poder decirle una sola palabra de felicitación para su equipo... ", recordó el ex Presidente de FIFA.
El periodista uruguayo Diego Lucero (1901-1995), testigo presencial de aquella increíble gesta, dijo que "esa hazaña no tiene parangón. Es imposible imaginar en el fútbol algo parecido. Los futbolistas uruguayos alcanzaron la gloria con la que sueñan alguna vez todos aquellos que tuvieron un balón en los pies".
NUEVE JUGADORES DE PEÑAROL FORMARON PARTE DE AQUELLA SELECCIÓN URUGUAYA:
-Obdulio Jacinto Varela (Capitán)
-Juan Alberto Schiaffino
-Alcides Edgardo Ghiggia
-Roque Gastón Máspoli
-Ernesto Vidal
-Oscar Míguez
-Washington Ortuño
-Juan Carlos González
-Julio Brito
