Entrevista a Pablo Javier Bengoechea Dt Peñarol 2015








Pablo Javier Bengoechea "Ojalá que cuando sea por los puntos tenga la misma calma"

El técnico de Peñarol le contó a Ovación cómo ha sido su primer mes al frente del plantel. Dijo que hay muy buenos jugadores, pero no le gusta encontrar uno parecido a él. “Son otros tiempos y nunca me gustaron mucho las comparaciones, pero veo muy buenos jugadores y se están preparando para hacer un gran torneo. Saben que el anterior no fue bueno, pero que están a tiempo de revertir la situación. Los veo bien de ánimo y eso me deja contento”, dijo el técnico mirasol.

—A casi un mes de haber comenzado a entrenar a Peñarol, ¿cómo se siente?

—Bien, contento, feliz de haber vuelto al club. Y en lo deportivo veo a los jugadores creciendo y agarrando ritmo. A dos semanas del inicio del campeonato, estamos entusiasmados. El partido frente a Lanús nos dejó contentos.

—A propósito de ese partido, fue el debut de Urretaviscaya, el jugador que usted pidió desde el principio. ¿Qué le pareció?

—Conozco a Urreta desde niño, desde los 14 o 15 años, cuando estuvimos en River. Y tenía muchas informaciones de cómo andaba en Portugal. Él está para que el campeonato empiece mañana y los demás para debutar el 14 de febrero. Vamos a intentar mantenerle el ritmo para que no baje su nivel. Hay que cuidarlo.

—Es difícil eso, le habrá pasado a usted cuando volvió de jugar en Europa. ¿Cómo se hace para que no lo achate el medio?

—Pasa siempre. El jugador llega acostumbrado a otro fútbol y se debe adaptar a la realidad del nuestro, que es diferente a todos. Ni mejor ni peor, es un fútbol muy especial donde se marca muchísimo y hay poco espacio para jugar. En Peñarol hay que salir a buscar todos los partidos y generalmente el equipo rival se defiende y aprovecha los espacios que uno deje. Urreta va a tener que adaptarse a las defensas más cerradas.

—Tiene a Urreta y a Aguiar. ¿Espera algún otro futbolista para este semestre?

—Las necesidades para el torneo Clausura ya están cubiertas, pero Peñarol no piensa sólo en el Clausura. Piensa para más adelante. Nosotros arreglamos por un año y medio y hay conversaciones sobre algunos chicos jóvenes que pensamos que se pueden integrar al club, pero sin la obligación de tener que rendir el día 14, sino para ir creciendo de a poco, se están haciendo negociaciones con un par de jugadores. Uno está planificando lo que se viene sin dejar de pensar en el Clausura.

—¿Encontró más de lo que esperaba en el plantel, o menos?

—Encontré lo que esperaba y estoy contento porque todos están haciendo los trabajos sin faltar a ningún entrenamiento. Se presentaron muy bien el 5 de enero y llevan tres semanas entrenando sin faltar. Eso es una gran tranquilidad.

—¿Hubo algún futbolista que le haya sorprendido?

—Bueno, de lo que se habla siempre en Peñarol es de la ausencia de chicos jóvenes. Facundo (Rodríguez), que ha tenido más minutos y muy buenas actuaciones, y Colo se ha desempeñado correctamente, aunque todavía no sabemos cuál es su posición en el campo.

—¿Y él que dice? ¿Dónde se siente más cómodo?

—El también tiene sus dudas, como todo chico joven. Lo que está claro es que tiene mucho recorrido y físicamente es de los privilegiados. Tenemos que ir encontrándole un lugar en el plantel, y si es posible en el equipo, sabiendo con qué jugadores cuenta a su alrededor.

—¿Y usted dónde cree que es su mejor lugar?

—Hoy creo que en un 4-3-3 sería un volante por derecha muy bueno, por su ida y vuelta. Es un mixto, que todavía tiene que crecer, pero físicamente tiene ventajas naturales sobre los demás. Hay que encontrarle una posición y manejarlo de a poco. Porque muchas veces son chicos ansiosos, en Peñarol ha ocurrido que no han tenido muchas oportunidades, entonces creen que si uno les da una es la última. Tienen que aprender a manejar eso y entender que van a tener otras posibilidades de mostrarse.

—¿Es consciente que para los jugadores, sobre todo para esos jóvenes de los que hablaba, que usted sea el técnico es un plus?

—Es obvio que muchos de los jugadores recuerdan cuando yo jugaba. El Uruguay es un país futbolísticamente pequeño y nos conocemos todos. Los que hemos pasado antes por el club lo conocemos bien. Creo que eso es una ventaja para todos. Que ellos sepan que yo conozco mucho el club los hace sentir confiados o tranquilos. Me escuchan hablar y saben que uno tiene cierta idea de lo que es Peñarol y de cómo hay que estar para jugar en Peñarol. Yo le creo mucho al jugador de fútbol y creo que eso a ellos los hace sentirse bien.

—El día que lo presentaron dijo que no le preocupaba tener que dirigir a amigos suyos como Pacheco o Zalayeta y que ellos iban a ser los primeros en tener que dar el ejemplo, justamente por ser sus amigos. ¿Cómo han sido estos primeros tiempos dirigiéndolos?

—Como lo pensaba, muy fácil. Son muy buenos profesionales y tienen una carrera hecha. Hoy están aprovechando al máximo lo que les queda de fútbol. Son un ejemplo porque no regalan nada, saben aprovechar cada entrenamiento y cada descanso. Y los minutos que están en la cancha. Estamos muy contentos con ellos, nosotros y el equipo. Cuando ellos están en la cancha, todos rinden un poquito más. Es una tranquilidad tener a jugadores de esa categoría y esa clase dentro del plantel.

—En estos seis amistosos que llevan jugados probó diferentes equipos y sistemas. ¿Cuál le llenó más el ojo?

—El que jugamos frente a Lanús fue el que nos dejó más conformes, porque Peñarol —comparándolo con Peñarol— tuvo más ritmo. Pero es normal porque tienen más entrenamientos arriba. Y comparándolo con el rival, nos enfrentamos a uno que en los últimos años pelea todos los campeonatos argentinos; el año pasado fue campeón de la Copa Sudamericana y tiene el mismo cuerpo técnico hace tiempo. Era un rival que jugaba de memoria y en trabajo nos llevaba mucha ventaja y, sin embargo, durante muchos momentos el partido fue parejo y en algunos fuimos superiores nosotros. Y en otros Lanús salió a buscar.

—¿Qué le falta como entrenador?

—Hay que ver cómo soy porque recién estoy empezando. Hasta ahora me ha tocado dirigir sólo amistosos. Esperemos que la actividad oficial o el resultado de un campeonato no me cambien. Y que cuando llegue la hora de jugar por los puntos pueda tener la misma calma que he tenido a la hora de dirigir amistosos, tanto con la selección de Perú como aquí en Peñarol.

—Ha repetido hasta el cansancio que se están preparando para el 14 de febrero. ¿Qué pasa si no consiguen un buen resultado en el primer partido frente a Cerro en el Troccoli?

—Si el resultado no es el que queremos, tenemos que tener claro que el campeonato no termina ese día. Y si ganamos tampoco termina.

—Pero empezar bien es muy importante...

—Claro, es mucho más lindo. Pero lo que decimos siempre en fútbol: después de una buena o mala actuación, al otro día hay que ducharse, cepillarse los dientes y seguir entrenando para lo que viene. El resultado frente a Cerro no va a cambiar lo que tenemos previsto para el lunes siguiente. Obvio que se hace mucho más lindo con los tres puntos. De antemano sabemos que los jugadores van a dar todo. Si no se logran los objetivos es porque yo he tomado decisiones equivocadas.
Confía en el jugador

Consultado sobre qué es lo mejor que tiene como técnico, se toma unos segundos para responder, dice "pah" y arranca. "Yo me siento muy a gusto dentro del fútbol. Fuera de mi casa es el lugar donde me siento mejor: trabajando en el fútbol. No me sorprende casi nada de las cosas que ocurren. Normalmente me voy dando cuenta de lo que va a pasar.

Puedo ir leyendo los futuros problemas, ir leyendo las futuras virtudes que puede tener un equipo. Creo que puedo manejarme con calma porque sé que las cosas en fútbol pasan: las buenas y las malas. Sé que los jugadores tienen momentos muy buenos y que pueden tener también bajones en el rendimiento. Le tengo mucha confianza al jugador: sé que dentro del ambiente es el más noble y el más sincero".
Todo por el cariño de los hinchas

"Por ahora lo único que he recibido de la gente es el aliento. El ¡arriba Pablo!, el ¡vamoarriba que podemos!. Sólo aliento. Yo soy un convencido, y lo sé por lo que he vivido en este club, que son los jugadores los que le tienen que dar a la gente. El hincha más cariño no nos puede dar. Es imposible. El hincha de Peñarol le entrega todo al equipo, a sus jugadores, en cualquier circunstancia. Somos nosotros los que tenemos que hacerlos sentir felices, que estén orgullosos de los jugadores que visten la camiseta de Peñarol, más allá del resultado. El hincha de Peñarol quiere ganar, obvio, pero quiere ver un equipo intentando ganar, sin bajar la cabeza nunca. Que no se bajonee ante una adversidad. Eso es lo que quiere ver el hincha y tenemos la obligación de dárselo".