Le hicieron un lugar en Los Aromos. A casi un mes de llegar de México, Bosco Frontán entrena en Peñarol


"El tapado es de Paysandú", dice la portada de Ovación del jueves 7 de enero. Y se habla de Bosco Frontán. Hasta ese momento poco se sabía del futbolista sanducero de 25 años que militó hasta fin de año en la Primera A de México, la segunda categoría de ese fútbol. A partir de ese momento, ganó líneas en la prensa y minutos en radio y televisión.

Dos días después de esa tapa, llegó a Montevideo y 48 horas después contó en Ovación que se vino de México con la firme convicción de firmar contrato con Peñarol, dejando algunas propuestas interesantes desde el punto de vista económico. Sin embargo, nunca pensó que su llegada se iba a demorar hasta hoy, martes 2 de febrero.

Diego Aguirre insistió y esta mañana tendrá en Los Aromos a Frontán. El técnico lo llamó cuando aún estaba en México para saber en qué posición se sentía más cómodo y para comentarle que lo quería en el plantel. Y el jugador armó las valijas y se vino.

Claro que las diferencias existentes entre el grupo empresarial ProFútbol y Peñarol por el pago de la ficha de Matías Aguirregaray dilataron la llegada del sanducero. Pero ayer las partes se pusieron de acuerdo, a pedido del técnico. Frontán llega a préstamo, sin costo ni opción de compra y después del mediodía firmará su contrato por un año.

Aguirre le pidió referencias al "Vasco" Santiago Ostolaza y al profesor Valenzuela, dos uruguayos conocedores del medio mexicano. Y recibió muy buenos conceptos acerca de este jugador que se crió futbolísticamente junto a Walter Gargano, en Paysandú.

Hace casi un mes, en las afueras del Centenario contó que en México llegó a jugar hasta de "doble cinco" cuando el Querétaro jugaba de visitante, adelantándose y jugando como enganche de local.

En su página web puede verse una fotografía en la que luce, de pequeño, la indumentaria aurinegra. Ahora, a los 25 años y agradecido por la actitud que ha sostenido Aguirre en referencia a su llegada, está cerca de cumplir el sueño de defender esa camiseta en la cancha, sabiendo que el momento deportivo de la institución no es el mejor.