Se fue del estadio loco de la vida. Llevaba como un trofeo una enorme foto de un festejo. Un gran abrazo suyo con Antonio Pacheco. Bajo la foto una leyenda: "Cómo no sentirme así". Se la mostraba a todo el que quisiera verla, feliz como un niño. Luego, guardó la foto y reconoció que Central Español les había complicado el partido. Sabe que los partidos serán cada vez más difíciles, pero cree que si no pierden la humildad será complicado bajarlos.
- Otro gran partido suyo.
- Por suerte estamos logrando lo que nos pide el técnico en el medio. Aunque esta vez lo pudimos hacer recién a partir de los 30 minutos, porque entramos medio dormidos. No entramos como en partidos anteriores. Por suerte, de contragolpe, tuvimos la posibilidad de anotar nosotros primero y que no nos convirtieran.
- ¿Entraron dormidos o fue Central que no les permitió desplegar el juego de otros partidos?
- Central es un buen equipo, tiene jugadores muy importantes y por momentos nos manejó la pelota, nos atacó y nos complicó. Pudo haber marcado algún gol también, pero por suerte la defensa nuestra pudo sacar esas pelotas difíciles.
- Ocho fechas y ocho victorias, ¿eso les permite encarar el futuro de otra manera?
- Ganar siempre es bueno. Da para trabajar con otra tranquilidad en la semana. Y corregir errores que cometimos para que no vuelvan a suceder en el próximo partido. Porque si nos llegan a convertir después va a ser mucho más complicado para remontar el partido.
- Con esta victoria alcanzaron el récord que tenía el Peñarol del `99, ¿hablaron algo de eso?
- Si, algo se comentó. Pero lo que más se comenta es que el grupo está bien, unido y trabajando día a día con alegría y humildad.
- ¿Son conscientes que cada vez se les va a complicar más?
- Sí, todos los rivales quieren venir a bajar al primero, a ganarnos o a sacarnos puntos como sea. Pero si nosotros estamos tranquilos y seguimos trabajando con esta humildad va a ser difícil que lo logren.